27 ene 2014

Divagaciones de una noche cualquiera II

Ese miedo sigue presente. Me invade, me envuelve. No me deja ser. Hoy nuevamente vuelvo a intentarlo pero no dejo de pensar en ti, miedo. Mi corazón idiota me dice que aunque las rodillas duelan de tanto caer, siempre hay que seguir. Yo, mi pensamiento racional, duda. 

Llego a ese momento en que creer se vuelve utópico y el deseo de seguir adelante es nulo. Sólo necesito fuerzas. Fe. Confiar y soñar que todo es posible. Soy un espíritu libre que desea volar al horizonte, sin ataduras, ni presiones. Quiero ser yo, pero pienso en ti. Me convierto en algo pequeño y mi mundo se reduce a la nada.