23 jul 2013

Confesiones de un jodido insomnio II

Noches que perturban mi espíritu son las que tengo últimamente. Al caer la tarde, todo cambia. El cansancio se vuelve ansiedad y mi mente comienza a maquinar todo lo que se le ocurre. Últimamente, surge el tema de la soledad, dejándome desarmada y quizá un poco molesta. A mí, no me incomoda estar sola, es sólo la pendejez que le entra a uno en la cabeza. 

En el transcurso de mis cortos 26 años, he podido comprender que el hombre y la mujer deben estar solos. La vida se facilita un poco más, pues ya de por sí es complicada y teniendo a alguien alrededor hace que todo se conflictúe. Sin embargo, te venden la idea del gran amor y de las virtudes que se tienen al estar con alguien. Sí, no lo niego, hay mucho de eso pero al pasar el tiempo, la gente tiende a tener cambios abruptos. 

Por eso, prefiero seguir siendo un espíritu libre. Quizá equivocándome, quizá acertando. La verdad, no me importa. Voy apuntándole a mis metas y siguiendo adelante. Aún no llega quien se quiera unir en este viaje, todavía no me perturba. Queda un largo camino por recorrer y muchos 'puertos' en donde atracar. 




6 jul 2013

Postulándome a la FNPI


México cambió mi vida. Dejar atrás a Cartagena de Indias para tener múltiples experiencias en uno de los países donde más se dan asesinatos a periodistas, desde el principio, fue todo un reto.

Me descubrí amando el periodismo en la misma calle. Nunca imaginé que esta profesión me generara tantas pasiones y deseos servir a la sociedad, pues desde que comencé mi formación profesional en la Universidad de Cartagena, pensé que me dedicaría a estar detrás de un escritorio ó quizás trabajar para políticos. Pensaba que necesitaba algo ‘tranquilo’ en lo que pudiera desarrollarme.

Sin embargo, con el paso del tiempo, he aprendido que ser reportero es poder ayudar a los demás y esto día a día da sentido a mi vida. Lo supe cuando comencé a reportear en las calles de Córdoba en Veracruz, en la llamada ‘Ciudad de los 30 Caballeros’. Un lugar lleno de historia que definitivamente cautivó mi corazón.

Ahí en medio de la presión gubernamental y gran corrupción en el gremio periodístico, empecé mi carrera reporteril sin tener idea a lo que me enfrentaba porque nunca había entrevistado a alguien. A partir de ahí, he estado viviendo con la adrenalina al máximo, al tener la oportunidad de desenmascarar a los corruptos, aplaudir a los buenos y vivir de cerca cada una de las necesidades que tienen los demás.

No me arrepiento. Ya van casi 3 años desde que dejé Cartagena y que comprendí que la vida va mucho más de lo que creía. Antes, me dediqué a cuestiones organizacionales y a participar en asociaciones juveniles que impulsan el liderazgo. Esto me llevó a donde estoy ahora.

En Veracruz, el panorama que tiene cualquier persona cambia. En el gremio periodístico, lo único que tenemos seguro es que sí estás del lado del Gobierno, te irá bien. De lo contrario, te ganas el odio del Javier Duarte de Ochoa, gobernador en turno y militante del Partido Revolucionario Institucional (PRI), quien tiene comprada a casi toda la prensa en el estado. Aquí, definitivamente no existe la libertad de expresión.

 A diario podemos ver que los medios publican la foto que él quiere y las notas de sus acciones que considera oportunas. Así, las portadas de los medios locales y estatales se encuentran plagadas de “lo bueno” que son los gobiernos priistas.

Esto aunado a todos los hechos de violencia que se presentan a diario, a consecuencia de la guerra entre el gobierno y la delincuencia organizada. A ellos tampoco se les “toca”, ni se les menciona si quieres vivir en tranquilidad. Esto deja en consecuencia un periodismo vacio.

Este tiempo, me ha tocado evidenciar cada uno de los fraudes de la administración de turno de un municipio pequeño llamado Fortín de las Flores, mismo que se encuentra a unos minutos de Córdoba. Gracias a ello, he vivido insultos, amenazas, agresiones y hasta calumnias  por dedicarme a esclarecer las acciones corruptas que tienen los gobernantes y cada uno de los robos hacen del dinero de los mismos ciudadanos. Siempre he creído que la verdad debe saberse, aún cuando se arriesga demasiado por ello.

Esto según me ha permitido por la casa editorial en la que trabajo porque desgraciadamente nadie se libra de los convenios de publicidad con el Estado priista.

A pesar de todo, aquí sigo. Siento que lo más gratificante es que las personas en la calle son quienes más reconocen el trabajo y lo mucho que te esfuerzas para ello. Es por esto que quiero seguir capacitándome y ésta es una oportunidad para que eso se dé.

Quisiera que la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano me permitiera aprender del maestro Miguel Ángel Bastenier. Alguna vez leí en la universidad sus clásicos textos del libro ‘El Blanco Móvil’, mismo que con cariño y respeto, guardo en mi biblioteca mexicana y que considero como base para emprender el camino de escribir en medios impresos.

Por eso y mucho más, quiero que se me tenga en cuenta para estar en mi ciudad con los míos, aprender nuevas visiones, crecer con ustedes, pero sobre todo, disfrutar de lo que más me gusta hacer en la vida: el periodismo.


Gracias por la oportunidad.