23 jul 2013

Confesiones de un jodido insomnio II

Noches que perturban mi espíritu son las que tengo últimamente. Al caer la tarde, todo cambia. El cansancio se vuelve ansiedad y mi mente comienza a maquinar todo lo que se le ocurre. Últimamente, surge el tema de la soledad, dejándome desarmada y quizá un poco molesta. A mí, no me incomoda estar sola, es sólo la pendejez que le entra a uno en la cabeza. 

En el transcurso de mis cortos 26 años, he podido comprender que el hombre y la mujer deben estar solos. La vida se facilita un poco más, pues ya de por sí es complicada y teniendo a alguien alrededor hace que todo se conflictúe. Sin embargo, te venden la idea del gran amor y de las virtudes que se tienen al estar con alguien. Sí, no lo niego, hay mucho de eso pero al pasar el tiempo, la gente tiende a tener cambios abruptos. 

Por eso, prefiero seguir siendo un espíritu libre. Quizá equivocándome, quizá acertando. La verdad, no me importa. Voy apuntándole a mis metas y siguiendo adelante. Aún no llega quien se quiera unir en este viaje, todavía no me perturba. Queda un largo camino por recorrer y muchos 'puertos' en donde atracar. 




1 comentario:

Recomenzar dijo...

escribes muy bien
Diferente
Me ha gustado encontrarte
saludos desd Miami