15 oct 2013

Confesiones en medio de una tuza

Lo sé. Todo se complicó en mi vida y yo ni me percaté. Alguien llegó en medio de mi absurda soledad, dejándome más sola pero con el corazón roto. Sí, yo que pensaba que nunca más esto iba a suceder, me equivoqué.

Hoy no sé cómo remediarlo. Siento que necesito paz y tranquilidad, aunque no sé cómo superar esta tuza de los mil demonios. ¿Alguien sabe la cura? ¿Alguien sabe qué hacer? Yo no. Sólo van casi 3 semanas y se siente tan reciente como ese mismo día. Sólo quiero que el tiempo renueve todo lo viejo y que puedan venir mejores cosas.

Nunca dije abiertamente cómo me sentía ante tuzas anteriores. Siempre me lo quedé para mí porque sucede que no falta quien te dice que "todo pasará", "son experiencias" y "el tiempo todo lo cura". En ese momento, esas dos frases nos suenan trilladas y no son suficientes. Para mí, no lo es. Necesitamos más que eso. Uno quiere mandar a todo el mundo a la verga.

Hay quienes deciden aislarse, otros van en la búsqueda de nuevos aires. Lo importante es hacer algo para no morirse de amor. Yo, por mi parte, nunca me quedo con nada. Tengo que decir lo que siento y sacarlo. Nadie lo entiende, sólo yo. Quizá sea por lo colérica que puedo ser ó porque realmente me da la gana de hacerlo. No sé si eso le pase a todo el mundo.

Otro punto importante es tener a alguien para desahogarse cada vez que sea necesario. En este punto, los amigos juegan un papel importante. Mis amigos lo han sido. Han estado en todo momento, aún cuando he querido tirarme de un puente ó salir corriendo a buscarlo. Ellos también han sido compañía cuando se quiere beber ó buscar a otro clavo que saque el que ya tengo.

El problema es que sigue doliendo. Sigue estando presente lo que no quiero que esté. Se hace lo que se puede, se trata de vivir, de mantenerse. Yo me mantengo. Sigo viviendo con lo que me queda de mí.

No hay comentarios.: