28 nov 2013

Reflexiones cortas

Tengo corazón idiota. Vuelvo a creer por un instante y salen dos heridas más al conjunto que tengo, que aún no se curan completamente. Es un mal. No hay cura para esto. No aprendo a dejar de esperar mucho de los demás, son sólo intentos fallidos.  

12 nov 2013

Un tercer inicio

Un año más. Tres no es lo mismo que uno y dos. Tres habla de experiencias, estabilidad y comodidad. Hoy cumplo tres años en México y mi corazón no deja de sentirse como la primera vez. Este país decidió seducirme y enamorarme, yo me dejé. De verdad que me acogieron como en casa.

Un cúmulo de sentimientos, pensamientos y momentos que llegan a mi mente. Al mirar atrás, siento que hay tanto que agradecer que definitivamente sería interminable mi lista. Me siento feliz porque a pesar de todo sigo estando viva. He tenido un sinnúmero de oportunidades, que me han llevado a ser la mujer que hoy les está escribiendo.

Y es que a pesar de las caídas, aquí sigo. Dando lo mejor de mí y tratando de tener más. Hay veces que me desubico, me pierdo en las tonterías del día a día. Sin embargo, sí hay mucho por qué agradecer. Eso me mantiene. Me da fuerzas para seguir.

Hoy, cuando veo que el tiempo ha pasado, veo que he madurado. Se nota el crecimiento en esa niña de 23 años que decidió irse a la aventura sin pensar en las consecuencias que eso podría traerle. He encontrado un camino por el cual ir sin miedo a nada. Ahora es tiempo de pensar en lo que sigue. Hay que ver cuál es la continuación de este crecimiento.

Mientras tanto, en este momento, sólo puedo dar gracias a todos los que han hecho parte de esta maravillosa experiencia llamada 'México'.

8 nov 2013

Hablando de adioses

Hoy tuve que decir nuevamente adiós. Éste ha sido uno de los más extraños. Aún no sé el porqué esta persona se despidió de mí pero acepté su decisión y le bendije. En ese momento supe que no había más que hacer que dejarle ir. ¿Se habrá vuelto esta una costumbre dolorosa e hiriente? 

No lo sé. Lo cierto es que con el tiempo, he aprendido a despedirme de los demás. Nadie es eterno e imprescindible en este mundo, ni en nuestras vidas. Hay que aprender con lo que se tiene ahora, sin anhelar un futuro desconocido y un pasado que ya no es, y que nunca volverá a ser. 

Los adioses se presentan cuando esa persona ya ha cumplido su labor en nosotros o cuando tenemos una visión que realizar. Nunca lo entendemos, nos duele hasta que la misma vida va mostrando el camino. Ahí tardíamente se comprende todo y volvemos a comenzar, a seguir despidiéndonos de un sinnúmero de cosas, personas y lugares. Esto hace parte de nuestro crecimiento.

Yo, que siempre le había huido a las despedidas, déjeme decirle querido lector, que cada vez que digo adiós siento que se me escapa un poquito de vida. Dejo algo de mí en eso que se va y trato de seguir adelante, pensando en mí. Sólo en mí. Esa es la enseñanza de hoy.