Extrañar no es suficiente para vivir. Hoy lo entiendo al estar unos días con aquellos que en verdad me quieren, antes pensaba que era sólo nostalgia por la distancia. Yo comprendo que con urgencia necesitaba estar en casa y poder respirar aires de tranquilidad, pero más que todo de confianza, paz y amor.
Mi llegada a Colombia realmente ha tenido tantos elementos para destacar que no tengo un comienzo para esta historia, sólo he de decir con firmeza que no me arrepiento porque mi alma requería de forma extrema ese exorcismo de tantas situaciones y errores vividos en tierras manitas que me atormentaban la existencia.
Las lágrimas nunca han dejado de estar presentes en todo este último tiempo desde que salí de mi casa en Fortín de las Flores. Así algunas veces han sido de tristeza, como muchas de alegría por sentir la sinceridad del cariño de quienes esperaban verme con muchas ansias. Esas lágrimas me han hecho entender que los errores son experiencias que hacen madurar, aunque duelan, son necesarias para crecer como seres humanos. Nunca lo había visto de ese modo porque siempre sentí que las heridas eran infortunios quizá permitidos por Dios como castigo a la desobediencia de sus leyes. Estoy loca, lo sé. Quizá para ti como lector sean puras babosadas, pero es mi historia, y cada quien dice lo que cree conveniente, aunque suene estúpido.
El que dijo que recordar es vivir, creo que se equivoca un poco. Ningún tiempo pasado es mejor que el que está por venir porque uno tiene la oportunidad de no cometer las mismas equivocaciones que han provocado heridas profundas. Por eso, he decidido ser feliz. Por muchos meses me lamenté cierta situación, por las duras palabras de alguien y por el cinismo de sus acciones. Quizá era lo que tenía que vivir para lo que viene porque nunca había vivido algo que me llevara a sacar fuerzas para seguir. Este fue el caso. Doloroso, pero lo fue. Ahora lo mejor está por venir.
A esto, le puedo agregar que por fin comprendí que los adioses son importantes en ese camino hacia la madurez, debido a que los ciclos van arrojando poco a poco sus resultados. Esto lo destaco porque quienes me conocen, saben que le tenía miedo a los ‘hasta pronto’.
En cuanto a los choques culturales, puedo decir que he experimentado varios. Sin embargo, a decir verdad, Cartagena está igual que como cuando me fui. Siguen los mismos problemas viales, la inseguridad y la miseria que desde décadas atrás sufre este corralito de piedra. Lo diferente fue mi casa. Ahora es roja, en lugar de verde. Un poco más remodelada, sí se nota.
Mi habitación sigue siendo la misma, sólo que ahora es un sitio de nadie. No hay nada mío más que la cama y el peinador desiertos, debido a que no hay un solo artículo. Mis libros, mi ropa y cachivaches desaparecieron, sin yo saber, tampoco me ha importado preguntar. Siento que ahora tengo una nueva vida, con nuevas cosas. También la familia sigue en las mismas. Aquellos que se sienten mejores personas porque tienen comodidades y aquellos que no las tienen, que se sienten felices de estar así.
A pesar de toda la comodidad y seguridad que podamos tener, a veces se hace urgente el riesgo a lo inesperado que el destino nos pueda poner en el camino. Por eso, regreso a México. Una nueva experiencia por vivir, al lado de quienes han alcanzado a apreciarme. Queda mucho más por conocer y muchas aventuras que vivir, de las que estaremos conversando en cualquier oportunidad.
2 comentarios:
Buenas noches. Siendo este un blog público me tomé la libertad de publicar una opinión. Ha decir verdad tus palabras me han conmovido a sobremanera, pues siempre la experiencia que vivimos lejos de casa nos pueden a llegar a cambiar más de lo que pensamos y valorar de otra manera lo que vivimos. Comprendo las muchas situaciones que se nos presentan en la vida y de alguna manera llegan a forjar una identidad propia. Y sencillamente no es hablar de relatos extraordinarios o hazañas maravillosas, es simplemente vivir, y me parece muy bien que escribas tu propia historia, retando la imaginación y aventurándote a nuevos retos que sin duda serán para tu beneficio y crecimiento como persona. El recordar es vivir es cierto, personas como yo seguimos sumersos en un mundo de nostalgia y melancolía que muchas veces no llego a comprender, pero de alguna manera me dan cierta paz interior.
Tú no me conoces y yo no te conozco. Sólo nos hemos visto por ahí. Mucho gusto y buenos deseos...
Buenas noches. Siendo este un blog público me tomé la libertad de publicar una opinión. A decir verdad tus palabras me han conmovido a sobremanera, comprendo las muchas situaciones que se nos presentan en la vida y tengo absoluta certeza que vivir lejos de casa puede cambiarnos más de lo que pensamos, a convercernos que no somos los mismos, al menos interiormente. Es una manera de forjarnos una identidad propia, que quizá inspire el respeto de muchos, y sobre todo nos deje un aprendizaje. Y sencillamente no es algún relato de aventuras extraordinarias o de grandes hazañas, es simplemete vivir, aprender, escrutarlo todo, y retener lo bueno. Te felicito por escribir tu propia historia, por retar la imaginación y enfrentar nuevos retos que de alguna manera enriquezcan tu crecimiento como persona. Por cierto, recordar es vivir para muchos, como yo, que seguimos sumersos en una nostalgia y melancolía, la añoranza del pasado que de alguna manera me da cierta paz. Tú no me conoces y yo no te conozco a tí, sólo nos hemos visto unas veces por ahí. Exito y buenos deseos...
D.
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